CÍRCULO KAWSAY
Veamos cómo creer en el mundo que construímos puede ser alentador y beneficioso, y cuándo esto, según nuestras fortalezas y debilidades, se vuelve un verdadero desafío.
Bienvenidos al CÍRCULO KAWSAY!!!
¿QUÉ ES UN ARQUETIPO?
¿CUÁLES SON LOS ARQUETIPOS DEL CÍRCULO KAWSAY?
En psicología,
un “arquetipo”, es un patrón o una imagen que está en el inconsciente
colectivo. Los arquetipos son más fácilmente comprensibles en el mundo
literario o del arte.
He desarrollado
el concepto de CÍRCULO KAWSAY, que es un método por el cual puede comprenderse
la gran diversidad de características humanas, según doce arquetipos y cómo se
producen las interacciones cada vez que estos arquetipos se relacionan. Es una forma gráfica y artística de poder
comprender la manera en que nos relacionamos y aceptar que hay parámetros en
los que nos movemos, y que eso es un “modelo” que infinidad de veces se repite,
y esta repetición puede ayudarnos a entender este Universo perfecto de las
emociones y las aptitudes, en el que somos.
El MÉTODO KAWSAY PARA LA INFANCIA, es una herramienta que puede ayudarnos a hacer más humano el camino de la comprensión. Una niña o niño no son malos perezosos, irritables o ineptos, son seres que tienen formas muy precisas de hacer y amar las cosas; si entendemos esto y obramos con compasión e infinito amor hacia ellos, estaremos “jugando a favor” de su crecimiento y no creando autómatas.
La niña o el niño CABALLERO son los
justicieros, honestos, honrados, incorruptibles. Suelen verse involucrados en
situaciones en las que median ante un conflicto, desde un lugar de rectitud o
justicia.
A veces están representados por el hermano
mayor que toma el rol de protector de los otros hermanos, o el que se muestra
como el defensor ante agresiones de otros niños; no es una cuestión de edades,
puede también ser el más pequeño, solo que asume el papel del responsable o
cuidador de los demás hermanos.
En el caso de las niñas suelen asumir el
rol de mamás de sus otros hermanos, llegando a regañarlos si no cumplen “las
reglas” que puedan haber dejado mamá o papá y que ellas se encargarán de
exacerbar, tomando el rol de protectoras y líderes de su grupo.
Será favorable que los papás dejen bien en
claro que los niños son niños y no están “a cargo” de resolver situaciones con
hermanos u otros niños. Es común escuchar a algunos padres decir a uno de sus
hijos (a veces al mayor): “cuando papá o mamá no están, tú estás a cargo”, más
allá de no ser bueno en ningún caso, mucho menos con una niña o niño caballero,
ya que ellos asumirán que son los
responsables de cualquier cosa que ocurra al grupo en ausencia de los
adultos.
Desobedecer una regla, puede ser para
ellos un grave conflicto emocional que los lleve a aislarse o sentir alguna
forma de culpa; el gran desafío será aceptar la divergencia y darse la
posibilidad de la discusión donde diferentes puntos de vista, sean
aceptados e incluso lleguen a modificar
una regla o ley. A pesar de ser “los justicieros”, no les gusta el conflicto
por el conflicto mismo, las peleas o los gritos, suelen resultarles
innecesarios. La violencia no es su lenguaje.
La mentira o los secretos, son para ellos
un terreno muy peligroso, no querrán verse involucrados en tener que “guardar
un secreto” u “ocultar verdades”, podrán sentir que eso los vuelve desleales o
fuera de la ley. Por otro lado tienen su propio concepto sobre la tolerancia,
ya que para la mayoría de ellos, está relacionada con “lo que se debe soportar
o aguantar” y no siempre sobre el verdadero concepto de respeto por aquello que
es diferente a ellos o su forma de pensar.
Si bien en la primera infancia ya se nota
su inmenso corazón, comienzan a aparecer aquí los rasgos de solidaridad que
pueden redundar en falta de merecimiento o reconocimiento si no son
vislumbrados y/o esclarecidas las diferencias entre “compartir y priorizarse”,
por los adultos responsables. La niña o niño CABALLERO pueden mostrarse
inseguros en cuanto a situaciones personales, pueden desconocer sus talentos o
fortalezas, por lo que les resulta fácil pelear por las fortalezas de los demás,
en lugar de aprender a conocerse a ellos mismos y sus propios dones. En casos
muy extremos, donde no haya un límite claro por parte del adulto, podrán caer
en situaciones de envidia de otros o quejas permanentes. Por el contrario, cuando hayan recibido apoyo
y una actitud positiva por parte de sus padres, entenderán que no es cuestión
de esforzarse para ser reconocidos, simplemente vivir sus talentos con alegría
y seguridad, confiando en sus propios corazones.
Respecto a su cuerpo físico, cualquier rasgo
que los evidencie del común denominador, puede provocarles el querer ocultarse,
prefieren “pasar desapercibidos” que ser “los niños diferentes”; vivirán con
dificultad el ser “la niña o niño gorditos” o “el muy alto o la muy bajita”,
etc.
Recordarle a una niña o niño CABALLERO que
tiene “derecho a ser feliz” es haber sembrado la semilla del amor propio en su
corazón, dándole la posibilidad de ser un adulto consecuente con él mismo, que entiende que para dar felicidad,
primero tendrá que experimentarla en su interior. La idea de hogar y familia,
es algo que los fortalece, necesitan el cobijo, el abrazo, el amor del nido;
todo lo que se haya gestado en el núcleo de familia, con amor, será el mejor
alimento que puedan recibir.
La vida al aire libre, en la naturaleza,
en contacto con el mundo animal y vegetal serán su forma de aprender sobre las
verdaderas reglas del Universo, incluso acercarlos al mundo mineral, al
concepto de los cristales, será una forma de mostrarles un mundo sutil y
holístico, que será de verdadera solvencia para su crecimiento, permitiéndoles
expandir su consciencia a otras realidades.
En ellos está la semilla del buen
compañerismo y del trabajo en equipo, cualidades naturales que llegarán a buen
puerto, si los adultos responsables que los rodean, asumen su amor a sí mismos,
y el respeto y consecuencia por sus propios dones.
SENTIDO DE LA
VISTA: este
sentido está estrechamente arraigado en el CABALLERO, más que todos los otros.
Cuando abrimos los ojos, el mundo se abre en toda su grandeza. Los ojos son una evaginación del cerebro en el estado embrionario, que luego se junta con una invaginación de la piel. El cerebro que está “encerrado” busca la luz a través de los ojos. ¿Qué sucede cuando una planta sale de la tierra?... busca la luz y “florece”. A través de los ojos lloramos nuestras emociones; por otro lado el ojo puede ser engañado, otros sentidos no; en realidad los sentidos “no engañan”, el juicio lo hace. El ojo es un órgano vigilante. Por todas estas razones el CABALLERO, que por supuesto utiliza todos sus sentidos, se siente identificado con su vista.
Estas niñas o niños podrán ser el
prototipo del “mejor compañero”, suelen guiar a sus amigos, incluso a veces a
los adultos, que no siempre reconocerán su accionar. Su guía o compañía es la
del verdadero líder, el que acompaña desde el amor y la cercanía, no desde la
imposición.
Suelen verse involucrados en situaciones
donde “abrazan causas perdidas”. Esto no sería exactamente salir en defensa de
alguien, sino apoyarlo con presencia y acompañamiento; por ejemplo si existe
algún niño en la escuela que por algún motivo sea “el diferente, el segregado”,
allí estará una niña o niño ESTRELLA diciéndoles “YO ESTOY CONTIGO”.
Aunque el líder positivo es el que conduce
a objetivos a sus amigos, compañeros o “seguidores”, no siempre la niña o niño
ESTRELLA tendrán tan claros sus propios objetivos, suelen tener más claro los
objetivos del grupo o la comunidad, ya que su mirada tiene que ver con otra
magnitud, con aquello que observan en un plano macro, comunitario. Por eso será
muy importante que sus papás estén atentos a ir sembrando su camino de claridad
y confianza en sí mismos, haciéndole comprender que para ayudar en esta tarea
que se proponen, es imperioso que primero hagan “la propia”.
Cuando la niña o niño ESTRELLA no sean
reconocidos por su círculo adulto cercano, o incluso sean desmotivados a
continuar con su misión, podrán recluirse en el negativismo del líder, que es
aquel que causa problemas, que necesita llamar la atención, que en definitiva
no reconoce sus propios valores, ni tiene confianza en la magnitud de su SER.
Como papás o docentes de estas niñas y
niños, habrá que estar atentos a ese posible negativismo o al recluirse, que se
puede transformar en un miedo no definido, pero miedo al fin, y suelen
construirlo con mucha facilidad si no tienen la suficiente cantidad de amor y
reflexión a su alrededor. No los dejen
solos, jueguen con ellos, motívenlos a observar la realidad del mundo que los
rodea, por ejemplo haciéndoles comprender cómo crecen y se nutren todos los
reinos (mineral, vegetal y animal). No les gusta aburrirse, esto los puede
poner de mal humor y salir de esos estados de ánimo, puede resultar una tarea
titánica, que por supuesto deberán hacer solos, con nuestra atenta cercanía…
pero solos.
A los tres años el niño ya ha adquirido el
lenguaje necesario para comenzar a ejercer su liderazgo, por consiguiente ya se
observarán rasgos donde se los verá compartir significativamente su existencia,
y la guía o liderazgo que ejercerán sobre el grupo de pertenencia. En el jardín
de niños, será seguramente, el que se acerque con un juguete a otro niño que se
ha quedado solo o que no llegó a elegir el juguete que le agradaba, a la hora
del juego.
Suelen ser niñas o niños extremadamente
sensibles y si no son acompañados, abrazados y guiados en su propia autoestima,
podrán caer en poca tolerancia a las frustraciones o no discernimiento que la
equivocación o el error son parte del aprendizaje. “Ponerse en el lugar del otro”
les será natural, sin embargo deberán aprender desde muy pequeños, que “ellos
también son el otro”, que las actitudes solidarias inician en su propio
Ser. La injusticia los enoja mucho, hasta la posibilidad de volverse violentos
al querer revertirla; no toleran la ilegalidad, el atropello o la inequidad,
para una niña o niño estrella, lo legal no
está ligado a lo que dice la ley escrita por los hombres, sino a una
legalidad relacionada con el equilibrio universal, que en última instancia,
habla de la ley de los hombres.
Para estas niñas y niños, su actividad
social, será esencial, participar en grupos es su nutrición y aman hacerlo; se
sienten a gusto y suelen ser muy observadores de las dinámicas que se dan en
ellos, al punto de hacerles ver a los adultos a cargo, situaciones que se “les
escapen de esa visión”. Esto no ocurre desde el lugar de “corre, ve y dile”,
sino desde la solidaridad en la tarea de acompañar, observar, guiar, y sienten
que pueden compartir lo observado con amor y mesura.
Otro punto a tener en cuenta con ellos es
que la guía sobre ellos, debe ser con absoluta sutilidad, no serán fáciles de
guiar; imponerles tareas o gustos por las cosas, no suele redundar en buenos
resultados. Hacer algo contra su voluntad, puede ser la peor cosa que hagamos
con ellos, pues terminarán dejándolo de lado, y si se llega al grado de la
violencia e imposición, incluso podrán olvidar cuáles eran sus verdaderos dones
y aquello que amaban. No toleran los gritos, las peleas o las mentiras, ni
tampoco que les toquen sus cosas sin permiso; esto último no tiene que ver con
una cuestión de propiedad, ya que son muy generosos, pero sí con aquello que se
usurpa.
Las emociones a trabajar con ellos,
estarán relacionadas a aprender a escuchar, a discernir, a aceptar otros puntos
de vista; si no se pone especial atención a estas cuestiones, podrán encerrarse
en sí mismos o vivenciar lo que ocurre, con enojo e ira. Ese aprender a escuchar irá de la mano de
comprender con tolerancia aquello que no pueda ser modificado, inclusive,
atendiendo a cuestiones “temporales”, explicándoles que muchas veces las cosas
cambiarán con el acontecer del tiempo y eso no siempre será “el tiempo que
ellos imaginan”. Pueden llegar a vivir estos procesos con terquedad o
culpabilidad, si no nos ocupamos de explicarles con la más absoluta claridad
cuál es la dinámica de lo que está ocurriendo. Recordemos que son
extremadamente sensibles, pero existe en ellos la sensatez y la observación…
hagamos que la practiquen en estado de consciencia.
SENTIDO VITAL: este sentido está
estrechamente arraigado en la ESTRELLA, más que todos los otros.
El sentido vital es un sentido de alarma.
El dolor es una advertencia en ese sistema, y esa advertencia viene de un
ámbito que supone lo que es “estar bien, en orden”. Este sentido nos informa
sobre el estado de nuestros órganos internos, también cuando comemos de más, o
dormimos mal. Prestamos atención a este sentido cuando algo anda mal.
Estos son los
típicos niños “observadores”. Su mundo es el de la reflexión, se toman el
tiempo de observar y analizar, a veces podrán ser catalogados de “tímidos”,
pero solo será una visión errada de sus motivaciones. No son tímidos, necesitan
su espacio y distancia para la reflexión, y esto suelen hacerlo en silencio e
incluso a veces “apartados” del grupo de pertenencia; necesitan alejarse para
comprender-ver “el todo”.
Aman los
espacios abiertos, por la posible apreciación de los detalles de ese entorno,
pero también para poder mimetizarse con un exterior que los desdibuje y así
pasar desapercibidos; a veces ese tipo de espacio, les proporciona estar
alejados de posibles acumulaciones de personas, que definitivamente no son de
su agrado.
Según la
comprensión y atención que le demos a la
infancia en general, podremos detenernos a entender toda su significancia y
esta niña, niño en particular. Cuando se los percibe como “niños problema”, por
tener “su tiempo” o estar apartados para reflexionar, podemos caer en falsos
diagnósticos, ya que ellos necesitan su espacio-tiempo y también el alejarse
para poder ver con claridad; les cuesta “ver de cerca”, por eso a veces se
sentirán que no entienden el mundo emocional que los rodea, eligen la distancia
como forma de comprender la vida de ellos y de todos los reinos que los rodean;
esa distancia la relacionan con la libertad y la calma.
Debemos
considerar como padres o educadores, que este es un tiempo urgente para la
práctica de la reflexión y todo lo que se necesita para la misma:
observar-contemplar, analizar, experimentar.
Las niñas y niños CÓNDORES son los que podrían compartirnos esta
experiencia, aunque respecto a esto, deberán ser alentados por sus padres a
compartir y confiar, ya que lo harán naturalmente en su ámbito familiar, pero
el afuera les cuesta un poco. Pueden vivirlo como un terreno donde tienen que
defenderse y no saben cómo explicar lo que sienten al vivenciar la vida de esta
forma. Les molesta la opinión dada “a la ligera” o cuando se habla sin
conocimiento de causa sobre una situación o persona, esto vinculado a la falta
de análisis o a la malicia con la que se puede juzgar situaciones o personas.
El afuera lo
viven como un inmenso campo de experimentación, podrán detenerse horas
observando cómo una araña teje su tela o el nacimiento de una mariposa. Sin
interrumpir la magia de esos instantes, los padres o educadores, deberán estar
atentos a sembrar en ellos la comunicación y conexión, no siendo estos términos
la misma cosa. La conexión ellos la viven con toda claridad con el objeto de
estudio, más deben profundizar en cómo “comunicar” aquello que descubrieron,
sobre todo en forma humana y orgánica, ya que podrán refugiarse en “cumplir”
con esa comunicación a través de medios virtuales o redes sociales, pero esta
no será la forma.
Por ejemplo,
la mirada de una niña o niño CÓNDOR es esencial porque está registrando aquello
que le causa curiosidad, el desafío será poder explicar aquello que vio,
compartiendo el hallazgo con otros niños o adultos mientras los mira a los
ojos; este es un ejercicio pequeño pero fundamental.
En su caso,
estas niñas y niños están muy relacionados con su sentido de la vista, no así
con el diálogo y la escucha, por eso otro ejercicio “a su ritmo”, será el de
practicar la escucha consciente y el compartir sus experiencias y su forma de
ver la vida a través del mundo de las palabras, sobre todo orales. Esto
implicará también una interacción en el mundo de las emociones, “qué siento cuando intento explicar aquello
que experimenté”, qué leo en el cuerpo del otro cuando me escucha, qué me
ocurre si me interrumpen… un mundo de sensaciones puede ser vivido en unos
pocos minutos, que para las niñas y niños CÓNDORES es un desafío que podrá
significar eternidades.
Su verdadero
aprendizaje es el permitirse interactuar con otros niños y adultos que los
rodean; tal vez en su camino desarrollen oficios como científicos, directores
de cine, ingenieros en sistemas o cuentacuentos. Todo aquello que les permita
usar el don de su observancia y luego compartirlo desde el lenguaje que les
resulte amigable, para lo cual habrá que enseñarles lo vital de aprender esos
lenguajes, de hacerse cargo que todo lo vivido necesita ser comunicado y
compartido, para el mayor bien de todos. La experiencia del compartir para
estos niños será vital.
Esa calma
unida a la precisión del observar, podrá darles en algunos casos, un aire de
“lo sé todo”, sin embargo, esto también se alineará con la crianza, pues muchas
veces sí sabrán más que el resto y en general no habrá soberbia en ese “saber”.
Es verdadero disfrute del aprender. El sentido de libertad para ellos está
vinculado con la curiosidad y el juego en ellos es aprendizaje consciente,
mucho más que en cualquier otro niño. La vida es juego y el juego es aprender.
Otro punto a
tener en cuenta es que las niñas y niños CÓNDORES posiblemente se sientan muy a
gusto en su ámbito familiar primario, podrá costarles dejar el nido, pero
cuando lo hagan, siempre se permitirán volver a él, ya que saben perfectamente
todo lo que un nido representa. Cuando la relación con esa familia primaria no
sea amorosa, nutricia, veraz, podrán pasar por episodios de disociación,
angustia o inclusive desconocer su identidad.
No les agrada
mostrar emociones que los muestren vulnerables, ya sea en el ámbito de la
tristeza o el enojo; tampoco serán una explosión de euforia o alegría, suelen
tener bastante estabilidad dentro de los parámetros comentados. Las emociones
límites no son lo suyo, si alguna vez los vemos desbordados, pongamos atención,
algo está fuera de su cauce.
SENTIDO DEL
EQUILIBRIO:
este sentido está estrechamente arraigado en el CÓNDOR, más que todos los
otros.
El equilibrio se relaciona con la rectitud
y la balanza. El CÓNDOR aprecia este sentido pues al desplegar sus alas para
volar, lo hace en perfecto equilibrio. El hombre al estar de pie es él en toda
su integridad; es común ver a los adolescentes sentados en forma encorvada o
descolgados en las sillas, evidentemente están en desequilibrio, y en el mejor
de los casos buscándolo, intentando encontrar el “equilibrio de su YO”.
EL equilibrio tiene que ver con visualizar
el espacio por donde nos movemos, para poder conservarlo necesitamos calma.
Todos necesitamos poder mirar el horizonte para equilibrarnos. El mareo
marítimo ocurre porque la línea del horizonte cambia constantemente.
Las niñas y niños ÁRBOL, son literalmente
los bondadosos y tolerantes, los pacifistas en este Círculo Kawsay.
Son aquellos niños que pueden dar una
explicación con amor y tolerancia a otro que no comprende una lección o
interceder en un conflicto en el que las partes ya no quieren hablar o ponerse
en el lugar del otro. Ellos entienden la tolerancia y la practican, y para
hacerlo deben considerar la posibilidad de diferentes puntos de vista; esto por
ejemplo es algo que para ellos puede ser un argumento esencial en la mediación
entre dos amigos enemistados.
Estos niños se preocupan literalmente por
causas humanitarias, por la ecología, por la Paz mundial, no pueden comprender
cómo la humanidad no deja de perder el tiempo con temas triviales como un actor
en ascenso o un partido de futbol; ellos sienten que tienen “causas” por las que
pelear y vivir. Esta tendencia, en algunos casos los puede llevar a la
obstinación, por lo que habrá que estar atentos a que no se lastimen
emocionalmente, ya que sufren si el conflicto perdura y “las partes” no se
permiten reevaluar sus posturas.
En algunos casos esta bondad se confunde o
roza la ingenuidad (*),
característica que será muy común en ellos, y si bien muchas veces podrá ser
real, otras veces estará más relacionado con la gran compasión que sienten por
el otro, sea un amigo, su madre o el señor que vende flores en un puesto de la
esquina. No es la misma característica de los niños “estrella” que suelen
defender “causas perdidas”, en este caso los niños ÁRBOL “estudian las partes”,
se ponen en los zapatos de aquellos que intervienen en un conflicto. Por eso es muy importante no burlarse de
ellos o tomarlos a la ligera, pues algún día podrían ser los líderes de un
movimiento por la Paz a nivel mundial (Gandhi fue un niño ÁRBOL).
La violencia, la mentira, la injusticia,
la crueldad, serán para ellos la fortaleza que los haga llegar hasta lugares
impensados para solucionar un conflicto. Cada uno encontrará su lenguaje para
lograr su propósito, pero en general “la palabra” escrita u oral serán su mejor
herramienta; nunca perderán de vista que “el mayor bien” es a lo que aspira la
humanidad y ellos son parte de esa humanidad.
La libertad para ellos es alegría y
también sinónimo de esa Paz con mayúsculas, que tanto defienden. Creen y
defienden la libertad de pensamiento, de culto, de creencias. Se permiten
dentro de este marco, considerar que hay infinitas formas de vida, incluso
aquellas que nunca han conocido, pero imaginan factibles.
Son conscientes que viven en un mundo en
caos, con violencia e impunidad, y están dispuestos a convertirse ellos mismos
en herramientas para la Paz, pero les será muy difícil atravesar la violencia,
el caos o la impunidad dentro de su ámbito familiar. Las situaciones de falta
de amor y compasión dentro de su núcleo familiar les hacen mucho daño, al punto
de sentir que necesitan alejarse de ese nido.
Este será un verdadero desafío para ellos, sobre todo cuando atraviesen
su adolescencia, en la que podrán sentirse totalmente incomprendidos no solo
por sus padres, sino también por sus amigos; sin embargo su camino será en algún
momento trascender su familia, y las creencias heredadas, sean sus lazos
familiares sanos o no, y avanzar hacia el mundo que es su verdadera casa. Habrá
que estar muy bien preparados para ser mamá o papá de una niña o niño ÁRBOL.
En su pubertad o adolescencia, podrá
expresarse el líder pacifista que llevan dentro, siempre y cuando su gestación,
lo que hayan vivido durante sus infancias, haya sido dentro de un marco de amor
y ecuanimidad, de lo contrario, podrán entrar en un círculo difícil de resolver,
cuando sientan que si el camino que anhelaban no es realizable, deben acudir a
la violencia para expresarse; como este no es su verdadero camino elegido y
además es antinatural para ellos, podrán caer en cuadros agresivos, de ansiedad
o de depresión.
Si somos padres de un niño ÁRBOL, reguemos
su tierra con absoluta liberad, considerando que ellos van a ser (ya son) la
nutrición para un mundo más generoso, tolerante y amable. La primera regla con
ellos es sembrar la creencia que la amabilidad no es solo para el mundo que los
rodea, sino para con ellos mismos, y por supuesto, serán los primeros jueces en
observar si eso se practica en casa. Cuando mencionamos este “haz lo que yo
hago y digo”, no nos olvidemos que muchas veces las niñas y niños pasan muchas
horas frente a una pantalla, y es bastante claro que la violencia y la crueldad
ocupan un alto porcentaje de videos, juegos, películas y noticieros, por
consiguiente debe haber ecuanimidad en el mensaje de practicar la bondad, la
equidad, la tolerancia en las conductas que forman nuestra vida cotidiana en el
hogar.
Será muy bueno, mostrarles que este camino
no es tan solitario y que algunas herramientas, como el arte en general, muchas
veces podrán ser el canal de expresión para trabajar y lograr su cometido de
ese mundo mejor que ellos anhelan y
que sin duda, construirán; todo esto
en un marco de alegría que es el condimento esencial para que dicho camino no
sea tan arduo y tengan “ganas” de
transitarlo.
(*) Tengan en cuenta que la ingenuidad
será posiblemente la primera característica que observen en un niño o niña
ÁRBOL y en el mundo en que vivimos, muchas veces los adultos, vemos esta
particularidad como síntoma de candidez o credulidad con un costado peyorativo;
por lo que deberemos reformularnos la pregunta de qué significa ser ingenuos y
soltar nuestras propias estructuras para poder tener una relación cercana y
amorosa con nuestro niño ÁRBOL.
INGENUO es quién es sincero, candoroso y sin doblez
y actúa sin tener en cuenta la posible maldad de una persona o la complejidad
de una situación.
SENTIDO DEL YO
AJENO: este
sentido está estrechamente arraigado en el ÁRBOL, más que todos los otros.
Es el sentido que nos permite percibir el YO del otro y experimentar el mío. Hay una diferencia cualitativa entre la vivencia de mi propio YO y la percepción del ajeno. No sirve para experimentarnos a nosotros, sino para saber que el otro es un YO. Es importante aprender a desarrollar este sentido para descubrir la individualidad del otro, lo cual nos pide que el nuestro esté despierto y al hacerlo comprendemos que cada persona tiene una misión en la vida. Esto está relacionado con la consciencia. Esta comprensión puede darse solo cuando de niños han desarrollado debidamente el sentido del tacto.
Este es el caso perfecto de los niños
buscadores o curiosos. Viven fuera del tiempo, son los típicos niños que no
pueden cumplir un horario, que llegan tarde o se equivocan de día en el
cumpleaños de su mejor amiga o amigo, y así y todo viven esta situación con
alegría.
Podrán ser catalogados como desconectados
de la realidad o con déficit de atención, sin embargo, nada más lejos de eso,
ya que la misma facilidad que tienen para desconectarse del mundo, es la que
emplean para volver a él imprevistamente. A diferencia del Trastorno por
Déficit de Atención e Hiperactividad, estas niñas y niños MAGOS son distraídos,
no presentan rasgos de hiperactividad, más bien podríamos decir que viven en su
propio mundo. Serán normales las veces
que les hagamos una pregunta y ellos contesten sobre un tema del cual se estaba
hablando hace veinte minutos atrás, o que inicien una conversación con algo que
quedó pendiente la semana pasada. También podrán vivir situaciones tales como
tomarse el tiempo de ordenar su mochila para la escuela con absoluta
creatividad o vaciarla, limpiarla y volver a ordenarla, quitando lo que no
creen necesitar en ese momento o distrayéndose con un libro que encontraron
dentro y ahora pasa a ser su mayor tesoro… para volver luego a la mochila, una
hora después.
Para ellos los procesos de aprendizaje y
descubrimiento son todo, y para esto hace falta perder la noción del tiempo.
Necesitan evaluar todas las posibilidades, todos los caminos, y si les dan el
tiempo, les aseguro que se lo tomarán para experimentar cada una de esas
probabilidades. Si a una niña o niño MAGO le damos la opción de atravesar siete
posibles puertas, querrán abrirlas todas, jamás se quedarán con una sola
opción. La curiosidad es el motor de sus vidas, desde un lugar de alegría y despertar; no habrá en esta
característica, rasgos de fisgoneo, más bien será su forma de respirar, lo que
los vaya llevando de aventura en aventura, y siempre compartirán con algarabía
sus descubrimientos.
Un viaje, una excursión, una salida a un
lugar nuevo puede ser el mayor regalo que podamos hacerles, mucho más que un
nuevo video juego o una pelota; ambos tendrán para ellos una utilidad limitada
y absurda, en cambio la idea de que ese nuevo paisaje pueda tener infinitos
caminos a recorrer es tan tentador para ellos, que no podrían negarse.
Cuando crezcan y lleguen a la pubertad se
perderán en disquisiciones sobre el concepto del tiempo, del ayer o del futuro.
Se apasionarán por leyendas antiguas al igual que por cuentos sobre la vida en
otros planetas u otras galaxias.
El campo de lo imprevisible es para ellos
motivo de fascinación, pues siempre estarán especulando con infinidad de
respuestas o soluciones, para aquello que otros niños o adultos ven como algo
improbable. Por este motivo la incertidumbre no será una preocupación para
ellos, sino más bien el aliento para dar el siguiente paso. Se apasionan por
las preguntas abiertas, como “¿Cómo te sientes con las clases de matemáticas?”
o “¿Cómo organizarías una fiesta sorpresa?”
De la misma manera hay situaciones o cosas
que matan esa curiosidad y la creatividad: el
miedo, condicionarlo con fantasmas inexistentes, “si haces tal cosa, saldrá
un monstruo debajo de tu cama”, “cuando venga tu padre, le diré lo que
hicíste”; las prohibiciones, “no te
ensucies, no juegues, no hables fuerte”; y las
ausencias, tu cercanía, tu aliento, tu apoyo y también tu límite son
señales de tu presencia afectiva, que le dará autoconfianza, lo contrario,
podrá provocarles dudas que terminarán en una falta de curiosidad o abulia.
Lo primero que ocurre cuando los obligamos
a vivir estas situaciones es que pierden su alegría, y eso podremos notarlo
fácilmente, el siguiente paso es que no compartirán sus nuevos descubrimientos
con sus grupos de pertenencia. No olvidemos que la niña o niño MAGOS comparten
con infinita felicidad todo lo que van descubriendo… son los típicos buscadores
de tesoros, que al encontrarlo, lo repartirán entre sus amigos y tal vez ellos
se queden solo con un lápiz que les gustó por su color particular o por la
pequeña inscripción en su costado. La mayoría de las veces se sorprenden con
cosas pequeñas, la palabra EUREKA!! podría ser su inspiración.
Su relación con el olfato, les permite
tener una relación intuitiva con aquello que pueda estar oculto. ¡¡Mucho
cuidado con ocultarles información o mentirles!! Lo descubrirán tarde o temprano, corriendo el
riesgo de perder su alto grado de confianza. Este acto que para muchos adultos
puede resultar insignificante, para ellos es esencial, sobre todo porque si
estas acciones se repiten, irán socavando su natural intuición y alegría para
vivir en el mundo de la manera que lo hacen.
El
trabajo con ellos será el hacerles invitaciones constantes a “visitar la
forma de vida humana”, que les anticipo, suele resultarles aburrida y muchas
veces sin sentido, sin embargo ir acompañando su mundo con algunos actos
pequeños, amorosos y cotidianos de “dosis mundana”, será un aprendizaje
necesario para que luego sean MAGOS que estén al servicio del cambio de
consciencia de la humanidad. Cuando se sientan cuestionados, indagados o
juzgados, volverán a su mundo, donde se sienten felices y libres. No les
molesta la soledad y de igual manera viven y comparten con sus amigos y
familia.
SENTIDO DEL
MOVIMIENTO PROPIO O CINESTESIA: este sentido está estrechamente arraigado en la MAGA, más que todos
los otros.
Nos informa sobre el movimiento de
nuestros miembros en estado de tensión o relajación; percibimos que nos
movemos, pero no tenemos que pensarlo para hacerlo. En nuestro cuerpo no
podemos controlar casi ningún órgano, pero sí podemos hacerlo con nuestras
extremidades; tenemos el dominio de ellas. Este sentido está muy relacionado
con el vital, pues cuando reconozco dolores que no me permiten moverme, no lo
hago. Es importante comprender que para que nuestras extremidades se muevan
debe haber un proyecto, no usamos este sentido para movernos como locos o sin
un objetivo, siempre algo nos motiva.
Estos niños son los agentes de cambio.
Ellos mismos se convierten en herramienta para el cambio de todo lo que los
rodea: sus compañeros, su familia, su escuela, su ciudad, su planeta.
Si bien podemos ver similitudes con las
niñas y niños ÁRBOL, en este caso, ofrecerse como factor de cambio no es
relativo a la tolerancia o la construcción de la Paz; podríamos decir que ellos
tienen una cercanía con la practicidad. Pueden encontrarse enarbolando banderas
relativas a conseguir que abran espacios de discusión en la escuela, que se
permita la votación de los niños en los gobiernos municipales, o cambiar el
color de una bandera.
Luego de sus acciones, nada vuelve a estar
en el mismo lugar, aunque no logren su cometido, habrán provocado lo que
inconscientemente buscaban, instalar la visualización de la divergencia y
permitir la discusión de cualquier tema para poner en evidencia que todo
aquello que creíamos que era de una sola manera, y puede no serlo. Ellos vienen
a mostrar que existen infinitos puntos de vista y como mínimo deben ser
evaluados por aquellas personas que tienen poder de decisión.
Las niñas y niños cueva podrán disfrutar
en desarmar un juguete para luego volver a armarlo y así comprender la
esencialidad de cada pieza. Otro juego apasionante para ellos son los
rompecabezas de muchas piezas, el sentir que infinidad de pequeñas imágenes, en
algún momento formarán un todo que dará una información concreta, es magia pura
para ellos. Todo aquello que no los atrape de entrada o que les obliguen a
hacer sin justificación, será tarea inútil, no habrá forma de que aprendan algo
de ello.
Podríamos decir incluso, que hay tiempos
históricos, donde surgen niñas y niños CUEVA que vienen a mostrar que hay un
tiempo que está muriendo y se debe dejar nacer aquello que está listo para ser
aceptado y vivido.
No tienen un método o una forma de
proceder que le permita al adulto estar atentos a sus acciones, por lo que su
verdadera presencia y lo que provocan, suele desestructurar y no hay manera de
que su entorno se prepare para evitar su agitación. Esto puede ser visto como
“niños problema” si aún permanecemos en un estado evolutivo primario, de lo
contrario, estaremos listos para recibirlos con el amor y el agradecimiento que
merecen.
Muchas veces sus familias, sus padres o
maestros, padecen desconcierto al observarlos, ya que de haber “grandeza
afectiva”, se comprenderá que su acción es imperiosa para la realidad que se
pueda estar viviendo, y a la vez hay incertidumbre, pues podemos sentir que
quedan expuestos o pueden ser motivo de intimidación o acoso.
Si bien en todos los niños es esencial la
comprensión, el amor y la caricia dentro del ámbito familiar, en este caso es
fundamental, ya que el contacto físico para ellos es fortaleza y seguridad. Es
posible que consideremos que este es el niño o la niña más difícil de
comprender, del Círculo Kawsay, sin embargo ellos no padecen lo que provocan;
no podría decirse que son la algarabía vuelta niño, pero no dudemos que viven
esta emoción desde un lugar terreno, con sensatez y sabiduría, que muchas veces
parecerá excesiva para un niño. Algunos sentirán que son como pequeños adultos,
pero démonos la posibilidad de seguir entendiendo que son niños con otro grado
de consciencia y que su “intervención” en el contexto donde se expresen es
esencial y urgente en el momento que ocurra.
Son los pequeños maestros del Círculo, son
el eslabón indispensable para que el cambio llegue y para que la vida continúe
siendo orgánicamente, con sus procesos de transición y transmutación.
Las niñas y niños CUEVA son pequeños
“abrepuertas” que nos van sembrando el camino de luces rojas para que
entendamos que no se puede seguir por allí, que no importa cuántos años se haya
mantenido tal costumbre o creencia; simplemente ya no es válida, ya no podemos
construir en ese lugar o desde esa base. Ellos mismos, muchas veces se
encuentran como perdidos, suelen estar en “busca de una misión”, solo hay que
estar cerca, amarlos, decirles que confiamos en ellos y que estamos agradecidos
por su labor, ya que esas personas, instrumentos de cambio, pueden sentirse
solas porque tienen una visión muy innovadora de la vida, que es diferente a
ser creativos… ellos concretan o intentan concretar esa creatividad, pasan a la
acción.
Las veces que se pierdan o nublen, tendrá
que ver sin duda, con una falta de comprensión y amor por parte de los adultos
que son sus referentes. Escúchenlos, no desbaraten sus sueños y sus luchas, por
más extrañas que parezcan; consideremos que tal vez, ellos vieron un costado de
la situación, que nadie había visto antes. Son extremadamente sensibles y
emotivos, por eso este “escucharlos y acompañarlos” será vital, para su sano
desarrollo.
Las palabras con ellos son: asociar, preguntar, observar, experimentar y descubrir. Si
son comprendidos y alentados, se convertirán en “inventores” de una nueva forma
de vida.
SENTIDO DEL CALOR: este sentido está
estrechamente arraigado en la CUEVA, más que todos los otros.
Todo aquello que esté relacionado con el cambio, el movimiento o la evolución, tiene que ver con el calor. Cuánto más es el calor, más veloces son los procesos de cambio, todo se expande, una sustancia sólida puede volverse gaseosa, desaparecen los límites e incluso algunas sustancias pueden alearse a otras. Nos suele molestar el excesivo calor o frío, pero como el calor es el movimiento de energía, cuando dormimos, solemos recuperar esa energía, de todo lo gastado en el día. El sentido del calor nos impide entrar en indiferencia, ya que constantemente percibimos la diferencia entre el mundo exterior y nosotros.
Estas niñas y
niños tienen todas las características que hoy podemos llamar de la Nueva Era.
Han llegado y seguirán llegando para asentar nuevas formas de vida. Vienen a
cimentar un nuevo modelo, donde con serenidad podamos imaginar un nuevo mundo,
una nueva consciencia.
Habrá quien
diga sobre ellos, que son niñas y niños sanadores, y no estarán tan lejos, pero
habrá que estar atentos, pues tienen una particularidad bien clara, su forma es
la palabra, el diálogo, buscar el consenso,
ellos escuchan de verdad, practican la escucha consciente.
Se maravillan
con lo que descubren a través de esa escucha, y cuando hablamos de escucha, no
es solamente aquello que se oye, sino también el hablar de una planta o un
cristal. Es estar atentos a un lenguaje universal, no necesitan saber muchos
idiomas, aunque tal vez los sepan, las niñas y niños princesa “destejen los
secretos de cada lengua”, se apasionan por los mensajes encriptados y por la
verdadera comprensión del que siente o piensa de una manera diferente; luego
aprenderán la simbología de su lenguaje para comunicarse y poder “retransmitir”
mensajes de otras tierras o culturas.
Tal vez no
defiendan grandes causas, sino que ellos van de uno en uno. Más que hablar o
convencer a un gran grupo de niños o adultos, ellos se tomarán el tiempo de ir
amigo por amigo, escuchando y regalando sonrisas. Escucharán del mismo modo a
su mejor amigo, a su abuelo, o al panadero. Su sola presencia es un bálsamo. A
veces están callados, contemplando y escuchando… siempre escuchando, por eso
cuando tomen la palabra, déjenlos hablar, presten atención, pues seguramente
dirán algo muy necesario desde una óptica nueva y diferente.
Ellos aman a
todas las personas, pueden llegar a ver el costado amable del ser más oscuro
con el que se crucen. Es muy difícil explicar el grado de confianza-ingenuidad
que poseen, porque no es realmente tal, más bien ellos ven literalmente, la luz
y la sombra en todos los seres vivos, y la aceptan pues entienden que el
Universo existe desde esa realidad. Ellos no dividen, entienden el todo. Además
amarán a su amigo, a su tío o al árbol de su jardín, de la misma forma.
Son nobles,
auténticos, guerreros e hiperactivos. No
confundir este último término con una cuestión de desorden de su atención, su
hiperactividad la demuestran en que no pueden estar literalmente sin observar
la evolución del planeta y todo lo que en él existe, siempre tienen algo por
hacer, tomándose inclusive el tiempo de descanso necesario, para luego volver
“al ruedo” del amor por todo lo que existe. De alguna manera son como los
“relevadores” de la esencia del planeta y de todo ser vivo, se toman el tiempo
de escuchar y conversar con cada forma de existencia.
Las niñas y
niños PRINCESA, tienen un fuerte sentido de la dignidad, no soportan la
manipulación, no creen en falsos líderes, ni en quienes ocultan sus sentimientos,
más bien los descubren aunque no es su tarea “ponerlos en evidencia”, más bien
los invitan dulcemente a reevaluar sus propósitos. Son mediadores, amorosos, pacíficos y suelen
expresarse y dejar su impronta en este mundo a través del arte; en general es
con la palabra como herramienta, pero también podrán ser artistas plásticos,
cineastas, fotógrafos, ya que el sentido de la vista es fundamental para ellos,
sobre todo se toman el tiempo de ver de cerca, a diferencia de las niñas y
niños CÓNDOR.
Padecen como
ningún otro niño, las reprimendas y castigos, ya que suelen tener una razón
para todo lo que ocurre; tienen una verdadera justificación a las acciones que
pudieran parecer “reprimibles”, aquello que para un papá o mamá es motivo de
castigo y penitencia, para ellos es un motivo más para aprender a escuchar,
para entender la posibilidad de otros puntos de vista… seguramente serían
buenas abogadas o abogados.
Suelen ser
también los comunicadores, van llevando noticias, son los que al volver de
vacaciones, contarán a todos cómo es la vida de las personas del lugar que
visitaron, con absoluto estado de consciencia y fidelidad.
Para quienes
manejen los términos de niños índigo o cristal, estas niñas y niños PRINCESA,
son un punto exacto y preciso entre ambos, son como “el eslabón perdido”…
aunque prefiero decir “encontrado”. Son la dulce intersección entre la
responsabilidad de buscar un mundo mejor, luchando por él y el ser
hipersensibles.
Habrá que
estar muy al pendiente de ellos, pues parecerá que no necesitan nada, que
siempre están bien, sin embargo, dentro de ellos hay un mundo desarrollándose,
con conceptos de existencia que no siempre nos será fácil comprender, ya que
ellos están como unos centímetros arriba de la tierra, andan entre la humanidad
y lo Divino. Pero siguen siendo humanos,
no nos confundamos, necesitan lo mismo que casi todos los niños. Fomentemos su
inteligencia y el aprendizaje emocional, estando cerca, ya que podrá ocurrir
que al verlos tan claros y serenos respecto a cuestiones que inquietarían al
más ecuánime de los mortales, podremos creer que no necesitan nada, y eso no es
así.
Otra
particularidad en ellos, es que son los que vienen a evidenciar los talentos o
dones que poseen sus seres cercanos, siempre están reconociéndolo y solicitándole
a cada quién, que “se ofrezca” desde su elemento y su singularidad para que
este mundo sea más completo y diverso. En este sentido, ellos son conscientes
de que la vida no es seguridad y supervivencia, sino fluir en estado de alegría
y sabiendo qué es lo que cada uno tiene para aportar a “la vida”.
Entienden
perfectamente lo que es el “amor propio”, lo manifiestan y promueven. Siempre
estarán iluminando las situaciones o a las personas que lo ejercen.
El amor será
el lenguaje universal que une para ellos, todos los opuestos; la libertad, la
alegría, la curiosidad, la tolerancia, los sueños, la realidad, son todas las
formas de ese lenguaje. Por eso su
amistad eterna con las niñas y niños TALISMÁN, cuando ambos están juntos,
cualquier maravilla puede llegar a esta tierra, el amor es la bandera que abre
todas las puertas que ellos deseen atravesar.
SENTIDO DEL
PENSAMIENTO AJENO:
este sentido está estrechamente arraigado en la PRINCESA, más que todos los
otros.
Para percibirlo tengo que entender una lengua y que lo dicho se convierta en conceptos y fluya hacia nuestro interior. En ocasiones nos damos cuenta que detrás de las palabras existe algo que no puede ser expresado en palabras, nos damos cuenta cuando en un idioma tenemos una sola palabra para definir un concepto y en otros necesitamos dar toda una explicación. Las ideas o el pensamiento viven en el mundo del silencio, por eso a veces no encontramos las palabras para poder explicarlas. Cuando malcriamos a un niño en pos de que no sufra ningún dolor o carencia, jamás experimentará el sentimiento de verdad y por consiguiente no podrá llegar a comprender al otro.
Si eres padre o madre de una niña o niño
TALISMÁN, tienes literalmente al AMOR en tus manos, y si crees que esto es lo
más fácil que podría haberte tocado, ya te digo que lo descubriremos juntos.
Esto tiene que ver con el hecho de que todavía los adultos tenemos demasiadas
estructuras y permitimos que la dualidad maneje nuestros días. Si en cambio,
son personas que han comprendido que el amor es el que mueve el Universo… ¡¡a
disfrutarlos!!
Estas niñas y niños hablan el lenguaje del
amor. No tienen consciencia del miedo, aunque sí perciben irregularidades y
cuando esto ocurre, cuando sienten que algo extraño, diferente al amor, está
reinando en el aire, en una conversación o relación, se ocultan, se alejan.
Pueden llegar a ser canalizadores de
energías o de nuevos conocimientos, pero sobre todas las cosas siempre estarán
al servicio de establecer la comunicación entre quienes hablen “diferentes
idiomas”. Es muy importante comprender
este concepto, ya que en muchos casos hablarán literalmente distintos idiomas,
les apasionará el concepto del lenguaje, y en otros se referirá a creer en la
posibilidad de la infinidad de formas de vidas existentes en el Universo,
comprendiendo que cada una de esas formas tiene su manera de expresar su
realidad.
Podríamos decir que son los mejores amigos
de las niñas y niños PRINCESA, ya que se complementan, se asisten. Será
razonable descubrir que dos mejores amigos, que emprenden misiones amorosas por
un planeta mejor, son una PRINCESA y un TALISMÁN. Cuando como adultos, comprendamos esta unión,
propiciémosla, brindémosle un marco de aceptación para que cumplan su cometido.
Son hipersensibles y aman “la buena vida”,
a medida que crezcan se los verá apreciar una buena comida, la música en todo
su espectro o un buen libro leído en una hamaca en un atardecer tibio; de igual
manera, todo lo que implique maltrato, violencia o inequidad, los paraliza, llegando
a camuflarse para esconderse o escapar de ello.
Aprecian los detalles, lo estético, lo amable, el cobijo de la vida, y
esto pueden vivirlo a solas sin caer en victimismos; aunque en contadas
ocasiones, si fueron muy maltratados o humillados en su primera infancia, tal
vez lleguen a este tipo de emociones.
Es posible que suelan enfermarse de
catarros comunes o situaciones gástricas, a raíz de aquello que no puedan
digerir de la realidad o de la contaminación que exista a su alrededor, ya que
si no se mantiene un contacto estrecho relacionado con la explicación frecuente
de lo que ocurre en el mundo o prestándonos de escucha y permitiendo que ellos
exterioricen todo lo que es incomprensible para su realidad, podrán llevar a su
cuerpo físico esas incomprensiones. No olvidar que son niñas y niños
hipersensibles, y lo que les ocurre no es un capricho de no ser entendidos, es
como literalmente hubieran llegado a un mundo que aún no está listo para
recibirlos y aceptarlos.
Ellos necesitan que abramos nuestra alma y
nuestro corazón para poder interactuar con nosotros. Como adultos, deberemos
cambiar muchas creencias (alimentación, educación, consciencia, amor a todos
los reinos) para que estas niñas y niños TALISMÁN vivan en un mundo aceptable y
consecuente con sus esencias; en definitiva vienen a mostrarnos que es posible,
al punto de ofrecerse como muestra de ello. No aceptan la dualidad ni el
sufrimiento. Será interesante observar un adulto TALISMÁN y posiblemente
veremos al niño o niña que siempre fue… son infancia e inocencia permanente.
La mayoría de ellos establecen una
relación estrecha con el reino animal, vegetal y mineral, “hablan” con esos
mundos, como conversarían con su mejor amigo en la escuela, y luego transmiten
lo conversado; este también puede ser un motivo para verse desplazados o
incomprendidos, ya que sobre todo el mundo adulto, no recibirá con coherencia y
razonabilidad este comportamiento, llegando a tildarlos de locos o
enfermos. Si bien esta tendencia está
afortunadamente desapareciendo, aún hay muchas niñas y niños TALISMÁN que
padecen muy malos tratos.
La naturaleza para ellos es su mundo, así
como otros niños podrían extraviarse en un supermercado, ellos se pierden en el
bosque, en un parque o en la montaña. No tienen ningún temor a esos espacios,
ni a los seres que viven en ellos; al contrario, se sienten plenos en ese
entorno y aprecian que “los dejen tranquilos” y en comunión con ese ambiente.
Luego llegarán a nosotros con infinitos regalos de todo lo escuchado o
descubierto en el mundo elemental, al que también pertenecen.
Más adelante comparto que los TALISMANES
son aire y esto es lo último que se extinguirá de la vida terrestre. Hagamos su
camino más llevadero, para que ese instante se demore todo lo necesario y sus
presencias en este mundo sean “acercadoras de partes”, pues a eso vienen, a
enseñarnos que todos podemos vivir en armonía en este planeta… en el Universo.
SENTIDO VERBAL O
DE LA PALABRA:
este sentido está estrechamente arraigado en el TALISMÁN, más que todos los
otros.
Es el que nos permite reconocer que
estamos escuchando un lenguaje; hablar y escuchar música no es lo mismo, hablar
es una especie de música convenida, algo así como si “emito estos tonos”, me
refiero a esto. El hombre puede componer música, pero no puede componer un
idioma, de hecho el esperanto es un idioma que se ha intentado usar, pero casi
nadie lo habla pues no tiene espíritu. Una lengua no es un orden de convenios,
es algo vivo y de otra dimensión. Cuando queremos encontrar la música en una
lengua no deberemos reparar en qué
se dice, sino en cómo se dice. La estructura de una persona tiene mucho que
ver con la lengua que habla.
Para poder imaginarlos, bien podríamos
decir que las niñas y niños BRUJA, son una especie de Mary Poppins. Son
alquímicos, alegres, absolutamente terrestres, generosos, ecuánimes y será muy
raro percibirlos tristes o enfermos. Cuidado!! Esto se deberá a que les cuesta
mostrar sus emociones.
Ellos no tienen reparos en decir la
verdad, sobre todo, de ellos mismos; no temen la reprimenda si rompieron una
regla, o hablar claramente sobre sus oscuridades o lo que aún tienen por
aprender. Son sinceros, nobles y respetan a todo ser viviente. Esto puede
llegar a provocarles cierto rechazo o aislamiento de otros niños y sobre todo
adultos que no experimenten ecuanimidad con su propio ser completo, de ser así,
lo lamentarán pero no se quedarán en la victimización del supuesto rechazo.
Así como las niñas y niños PRINCESA o
TALISMÁN tienen percepciones respecto al amor, más elevadas o psíquicas, estos
niños BRUJA son más terrenales, entienden con toda claridad el mundo humano en
el que viven, sin dejar de aceptar la elementalidad de otros seres vivientes.
Simplemente no están pendientes todo el tiempo de esa dimensión, viven con sus
pies sobre la tierra.
Son buenos “alumnos o aprendices”, les
gusta recibir nuevos conocimientos, sobre todo aquellos que impliquen luego un
beneficio para toda la humanidad. Son generadores de nuevos mundos y lo hacen
sin ostentación, “haciendo”, sin publicar sus logros, lo disfrutan plenamente.
Habrá que estar atentos a sus “entregas”
ya que muchas veces dan más de lo que tienen, son capaces de quitarse sus
zapatos para regalárselos al niño o niña que lleve los suyos gastados o rotos;
por este motivo los adultos que convivan con ellos, al igual que lo ocurre con
las niñas y niños ESTRELLA, deberán
enseñarles que dar y recibir son dos actos nobles y de derecho, pero ellos
también los tienen. Si no aprenden que sus corazones son parte de algo que necesita ser alimentado
y cuidado, correrán el riesgo de sufrir tristezas en silencio. Son muy
responsables, solo deben comprender que la responsabilidad suele ser
compartida. Muchas veces anhelan el amor en secreto, les cuesta un poco
experimentar la apertura de corazón en el mundo humano, específicamente, al ir
creciendo, será bueno acompañarlos en la comprensión de la apertura de sus
corazones al amor y sobre todo al de pareja.
Si tienen una mascota, comprenderán
perfectamente su proceso de vida y muerte; no inventen historias para
justificar falsamente un ciclo natural que para ellos es razonable y esperado.
La manera en la que fomentaremos en ellos
el soltar el dolor o la soledad es amándolos con excesos de abrazos, que
posiblemente rechacen, sin embargo, nada será poco para estas niñas y niños
BRUJA que viven a través del tacto su fortalecimiento interior.
Los espacios y todo lo relacionado con el
orden, tienen para ellos su propia “cosmovisión”, les molestará un poco que los obliguen a
hacer orden, según lo que mamá o papá creen que “debe ser” el orden, para ellas
y ellos, el orden estará estructurado según la hora de salida del sol y dónde
colocar “aquella silla, según la maravillosa posibilidad de leer un libro
sentados allí, en ese rincón cuando el sol entra por la mañana”. Esto incluso
los llevará a querer cambiar el orden o disposición de las cosas, según la
estación del año, o el nuevo amor que acaban de dejar entrar a su vida… un
nuevo cachorro de gato persa, un cristal de cuarzo que necesita descansar sobre
una pequeña mesita en la esquina de la habitación, o un cactus que trajeron de
la montaña en su última excursión con los abuelos.
Son de tomar decisiones en base a su
concepto de equidad con el Universo, al mayor bien de todos los seres
vivientes, y accionarán para que esto no quede en una idea, sino que se
concrete.
Son buenos amigos de sus amigos, siempre
estarán al pendiente, e incluso aceptarán nuevos integrantes a sus grupos de
pertenencia, “intercediendo” por el nuevo o recién llegado. Son grandes
anfitriones. Son gentiles y amables, aunque muchas veces no se permiten
expresar su enojo, pues conocen muy bien sus oscuridades y temen expresar con
toda plenitud su posible ira contenida, que seguramente se habrá acumulado por
un exceso de amabilidad. Adultos a cargo, estar atentos a esta posibilidad para
que no se lastimen y sean consecuentes con sus emociones.
Amarán compartir con su grupo de
pertenencia, que en muchos casos será su familia, y en otros, sus heterogéneos
amigos, que posiblemente no sean muchos, pero sí “sui generis”, originales,
estrafalarios y no siempre coincidentes con lo que el mundo espera del “deber
ser”.
SENTIDO DEL GUSTO: este sentido está
estrechamente arraigado en la BRUJA, más que todos los otros.
Todos estamos obligados a oler, sin embargo, con nuestra boca es diferente, es propiedad privada, si no queremos abrirla, no degustamos; cuando queremos probar algo, debemos abrir una puerta: la boca. El gusto tiene lugar en una cavidad oscura, sin embargo, el olor se abre paso sin consulta. El gusto es algo íntimo, es una conversación con la materia, donde incorporamos el macrocosmos a nuestro microcosmos interior; es más profundo que el olfato. La relación “hombre-naturaleza” se hace íntima, ya que no solo a través del gusto, nos dicen lo que las cosas “son”, sino lo que nos pueden “provocar”.
Estos son las niñas y niños que a simple
vista podríamos catalogar de “sabiondos o genios”, en este caso no nos
referimos a su coeficiente intelectual, más bien nos referimos a esos niños que siempre están buscando aprender
más sobre los temas que por supuesto, les interesan.
Son niños muy mundanos y siempre estarán
buscando datos, conocer el porqué de las cosas, su funcionamiento, pero también
en el mismo orden de búsqueda de saberes, indagarán sobre la vida de sus
compañeros y sobre cualquier posible “rumor o chisme” que esté rondando.
Sienten que la información es la forma de
dominar al otro, por eso necesitan saber; podrían estar todo el día en un
portal de ciencia o historia aprendiendo sobre otras culturas, sobre la vida en
Marte o la forma de acceder al portal de la NASA para hackearlo.
Aman el cobijo del hogar, la buena vida,
una apetitosa comida, un ambiente cálido desde o emocional y lo literal. No
siempre reconocerán la necesidad de “hogar”, pero allí estará motivándolos a lograrlo
y vivirlo. Aprecian una buena historia, el cuento contado por una abuela, y
aunque pudiera darles un poco de pena, anhelarían ser los protagonistas de esos
cuentos, con una dualidad entre el “desear ser el actor principal, el que
brilla”, y el “querer que se hable sobre ellos con amor”, pues les cuesta
pedirlo.
Dudarán en creer lo que no ven, el mundo
de sus amigos TALISMANES o PRINCESAS, es totalmente abstracto para ellos,
aunque amarían conocer la forma en que las niñas y niños TALISMÁN hacen para
comprender el lenguaje de las cosas, ya que eso les permitiría tener más
información. Será vital con estas niñas y niños, enseñarles que mientras les
agrade conocer el porqué de las cosas, porque son parte de su mundo, será
correcto, más almacenar información solo para molestar al que no la tiene, no
es un valor a inculcar.
Suelen ser el centro de atención, aman
llamar la atención y también que los dejen libres o no los molesten cuando
ellos mismos necesitan silencio, pues desde ya, toda esa capacidad de acumular
datos, precisa momentos de calma, sosiego y descanso. Es importante aclarar que
este “llamar la atención” es de una forma muy particular, podríamos decir que
es “de a ratos” y hasta ellos se sienten raros o extraños cuando lo ejercen;
por consiguiente esta actitud tiene más que ver con una necesidad de ser amados
que de estrellato, de hecho cuando ocurre, pueden llegar a sentir algo de temor
por los resultados, imaginando que de ahora en más deberán seguir siendo el
centro de las actividades y eso no es lo que realmente buscan.
Una de las cosas a trabajar con ellos será
el “bajar la guardia”, dejarse amar. Es muy importante que entendamos que esto
no se hace dejándolos expuestos, sino acercándonos a ellos suavemente y casi
pidiendo permiso para hacerlo. El sentido del tacto es fundamental en su
existencia, pero está tan exacerbado que es como si sintieran todo doblemente,
a eso nos referimos con ir “acercándonos despacio”. Tienen que apreciar que el
cobijo de un abrazo es algo que “no los atrapará”; solo les dará calidez y
amparo… y eso sí lo entienden.
Cuando llegan a aceptar que bajar la
guardia no es peligroso y que se encuentran en un marco de amor y respeto de
sus esencias, es cuando evolucionan, crecen; mientras no llegue este momento,
podrán experimentar una astucia que los lleva a ser mezquinos o sentir que el
mundo no los entiende y hasta los agrede.
Son curiosos, pero con cautela, temen caer
en trampas, así que buscan terrenos conocidos para moverse, y ejercerán esa
curiosidad o búsqueda dando pasos cortos pero seguros. Su vida entera será un
ir avanzando a paso medido, pero siempre avanzando; como decíamos
anteriormente, respecto a acercarnos a ellos despacio, así se acercan ellos a
lo que necesitan descubrir, cautelosamente.
La palabra vital con ellos es: CONFIANZA.
Deberán aprender que hay una forma de brindarse y que el entorno aprecia y
necesita su presencia, y que esto no depende de lo que sepan o tengan. Su
verdadera esencia es su interior, y esto les suele costar entender o aceptar.
El silencio será para ellos una forma de
resguardarse y de apartarse del mundo cuando sientan que nadie los entiende,
cuando logren comprender que esa elección puede ser factible porque lo
disfrutan, más no porque están en peligro, allí habrán avanzado sobre sus
propios miedos. Ese será el momento de crecimiento y también lo será para sus
familias, que tendrán la oportunidad de decirles, aquí estamos y te amamos como
eres; aceptando que el silencio en ellos es un don.
SENTIDO DEL
OLFATO: este
sentido está estrechamente arraigado en la SERPIENTE, más que todos los otros.
A diferencia del tacto donde yo toco y reconozco el límite, con el olfato, inhalo algo que está afuera y no puedo percibir cuál es el límite. Con el olfato tenemos la sensación de “ser tomados por sorpresa”, de ser sometidos, y esto ocurre porque estamos obligados a respirar; podemos evitar tocar algo, pero no podemos dejar de oler y respirar. El olor no solo se siente en nuestra nariz, nos sentimos invadidos totalmente por él; cuando olemos pimienta, nuestras mucosas se irritan y estornudamos, aquí está relacionándose el sentido del olfato con el vital. Otra característica es que solo sentimos un olor por un corto tiempo, el órgano del olfato es deficiente en el hombre. La base de nuestra moralidad se encuentra en el oler, por eso la SERPIENTE se identifica con este sentido.
Estas niñas y niños suelen ser muy
frágiles, extremadamente mágicos, pero vivirán esto con dificultad, en el fondo
desearían ser “niños normales”, no ser tan visibles, y allí es donde se nota su
fragilidad. Es normal que tengan algo que los vuelva especiales, si bien puede
ser su inteligencia o algún talento muy particular, pero muchas veces es su extrema
belleza física. Esto lo aman y lo detestan al mismo tiempo, si no estamos muy
atentos a su gran fragilidad, padecerán el don que posean.
En ocasiones, el no poder manejar su
propia fragilidad, los vuelve tiranos, están constantemente exigiendo un trato especial
y si no tienen un grupo de adultos emocionalmente sanos a su alrededor que los
ame poniéndoles los límites necesarios (que serán amor siempre), sufrirán las
consecuencias de un mundo exterior que los rechazará, ya que cuando se muestran
déspotas, el grueso de su entorno no tolerará su forma de relacionarse.
Lamentablemente la mayoría de las
sociedades modernas, no ha aprendido aún sobre el amor, la templanza y la
aceptación de la extrema sensibilidad de algunos seres, por consiguiente este
entorno no los ayuda a construir su propia seguridad. Este ser rebeldes,
caprichosos, impulsivos, les hace ser incapaces de tolerar la frustración, lo
que podrá provocarles más enojo con ellos mismos o el mundo que los rodea,
cuando sientan que no están cumpliendo objetivos o que han tropezado una y otra
vez con la misma piedra. Cuando tropezamos y no reconocemos lo que debemos
aprender con esa caída, es muy probable que nos vuelva a ocurrir, en el caso de
las niñas y niños SIRENA, es doblemente esencial que estén en un marco de
contención estable y amoroso, para aceptar que estos procesos son parte de la
vida de todos y eso no los hace menos, al contrario, les enseña.
Cuando no tengan la contención y la
enseñanza necesaria, se volverán manipuladores, por eso los límites para ellos
son esenciales. Como todo niño, aprender estas reglas de vida en su primera
infancia, será lo importante, pero en su caso, no reparar en el aprendizaje que
necesitan en forma cotidiana y permanente, los podrá convertir en adultos
demandantes, manipuladores, agresivos y problemáticos.
Pueden convertirse en niñas y niños
egocéntricos e impulsivos; los valores a trabajar con ellos serán: amor propio,
empatía, tolerancia, respeto y compasión. Esto último es vital, para que puedan
saber sobre ellos mismos, para que puedan comprender toda la magnitud que
implica el ser niños mágicos e hipersensibles, que simplemente tienen que ser
amados para disfrutar de sus talentos y no padecerlos.
En la mayoría de los casos sentirán que
ellos no tienen apegos emocionales con las personas que los rodean, incluso su
familia nuclear, sin embargo esto ocurre porque no quieren ser expuestos desde
la entrega de su amor, creyendo que existe la posibilidad de quedarse solos si
no reciben lo mismo que dieron, por lo cual muchas veces prefieren no dar y
refugiarse en el “tener” solicitando objetos, regalos, cosas materiales con las
que suponen serán felices. Este punto de inflexión debe ser comprendido
tempranamente por sus padres, pues de lo contrario, creará más insatisfacción
en sus contundentes existencias.
Lo último que debemos ser con ellos es,
permisivos. Padres que fueron criados de manera culposa, podrán tener problemas
al ejercer los límites y reglas con ellos, pero esto será imperioso para que
sus niñas y niños SIRENA crezcan en un marco de pleno desarrollo y amor. Otra
situación común es encontrar padres que premian o dan recompensas: “si haces
esto, te doy esto”… es lo peor que podemos hacer con estos niños, pues
aprenderán que el mundo es un dar y tomar en forma lineal, y no lo es. En este
último punto está implicado el factor tiempo, la gratificación no siempre llega
de inmediato, y “el tiempo” es un punto a trabajar con las niñas y niños
SIRENA. De hecho ellos necesitan tiempo, y esto sí debemos otorgárselo con
calidad y sensibilidad.
Con ellos la experiencia de vida será:
poner límites claros “que se cumplan”, enseñarles a reconocer sus emociones y
que puedan nombrarlas con claridad, y ser consecuentes con las reglas o normas
de vida que les pongamos (si como adultos, no practicamos lo que les
proponemos, esto redundará en una falta de respeto y credulidad en lo que les
estamos enseñando)… “consecuencia”. No
gritos, no amenazas… respeto, alegría y diálogo.
Aman su libertad, en ese punto tendrán muy
claro su propio espacio y también el de los otros, por eso siempre que les
enseñemos algo nuevo, hagámoslo desde ese concepto, haciéndoles notar que
tienen la libertad de tomar nuevos conocimientos o creencias, al igual que el
resto de los seres vivos. Este concepto de libertad y espacio, lo tienen bien
incorporado, no necesitaremos explicárselos, por eso usémoslo para llegar a
ellos con amor.
SENTIDO DEL TACTO: este sentido está
estrechamente arraigado en la SIRENA, más que todos los otros.
Contacto es separación y conexión a la
vez. Son los límites de nuestro propio cuerpo y por consiguiente la percepción
de nuestro propio cuerpo. La picazón ocurre cuando se ha perdido la vivencia
del límite, el tacto está “ocupado consigo mismo”, cuando nos rascamos
desaforadamente, estamos “llamando al orden” al sentido del tacto. A través de
él conocemos el límite y la resistencia, ya que cada vez que tocamos algo nos
encontramos con una resistencia que ofrece el objeto tocado contra nuestra
piel. De alguna manera, tocar, encontrar el límite es un despertar, un darnos
cuenta de nuestra propia limitación.
Podría
decirse que la niña o niño MAESTRO son la contracara de los niños SIRENA, sin
embargo son mucho más que eso. La niña o niño MAESTRO, fueron alguna vez
SIRENA, el incomprendido, el hipersensible, el tirano, que ha comprendido que
el amor rige este Universo y ha elegido transitar esa existencia. La niña y
niño MAESTRO, nacen habiendo comprendido esto.
Muchas veces
los adultos que estamos cerca de ellos nos sorprendemos por su coherencia, su
energía, su confianza en sí mismos; creemos que son señales de adultez y
realmente no es así. De hecho no necesitamos mirar mucho a nuestro alrededor
para descubrir que muchos adultos no tienen ni remotamente estas
características, por eso se vuelven tan evidentes en ellos.
El no aceptar
la frustración de la niña o niño SIRENA, es el extremo opuesto de una niña o
niño MAESTRO, ellos la disfrutan. Se sienten motivados cuando tienen un
tropiezo o dificultad e inmediatamente se preguntan; ¿cómo puedo resolverlo? ¿A
qué nueva experiencia me llevará comprender esta dificultad de hoy? Y cuando lo
resuelven, aumenta su serenidad y su estado de aceptación de las cosas y del mundo.
Son
literalmente EMPÁTICOS, lo que significa que observan lo que sienten otras
personas y se ponen en sus zapatos; más esto
lo viven con claridad, no se “sumergen” en dolores o tristezas de los
otros… los acompañan, los entienden y en más de una ocasión facilitarán una
palabra o un comentario para que ese otro ser pueda ser consciente de lo que
está viviendo, de lo que le ha ocurrido. Esto no lo hacen desde un lugar de
“poner en evidencia” una falla o error, al contrario, enseñan que los errores
son orgánicos, son parte del natural desarrollo de una vida sana. No dan “todo
servido”, muestran caminos, iluminan opciones, para que sean los otros, los que
tomen la decisión
Esta empatía
natural en ellos, que en la primera infancia estará más relacionada al mundo
emocional y a medida que crezcan y lleguen a su pubertad, la veremos en otros
campos como el del aprendizaje, es para ellos un rasgo característico. Será
raro que una niña o niño MAESTRO no sea empático al llegar a su adultez, muy
por el contrario, ayudará a construir una sociedad más equitativa, más plural,
más sabia y amorosa.
La presencia
de niñas y niños MAESTROS hará que decaigan los casos de bullying. Será raro
que en un aula donde tenemos uno o dos de ellos, aparezcan casos de
discriminación o amenazas ante el que es diferente. Si bien lo de ellos no es
“organizar o alentar campañas” serán los que naturalmente desde sus actos
cotidianos, harán que no se provoquen estas situaciones. Pueden llegar a ser
los que muestren el error, y luego aclaren qué les pasó a ellos cuando lo
vivieron también. Se ponen en los zapatos del otro.
Con estas
niñas y niños habrá que estar tal vez más al pendiente que con cualquier otro,
ya que cuando como padres, los veamos tan seguros y aplomados, sentiremos que
ya no tienen nada que aprender; de ninguna manera esto es así, siguen siendo
niños y necesitan nuestra cercanía, nuestro consejo y nuestro amor. No les pidamos “consejos” a ellos, ni les
compartamos secretos, por percibir esta particular sabiduría, seamos los adultos
que aprenden de ellos sin tener que mencionárselos, en todo caso será bueno,
que cuando sean adolescentes o jóvenes, les hagamos saber que alguna vez o
muchas veces aprendimos algo de ellos.
Démosles
consuelo y abrazo si los vemos tristes, es posible que se esté cometiendo una
injusticia en su entorno y no puedan soportarlo. No nos olvidemos que son niños
y por más que su presencia modifica a otros niños o situaciones cotidianas, sin
embargo, muchas cosas escaparán de su comprensión. Fortalezcamos el sentido de
su empatía haciéndoles saber que siempre estará bien que la vivan y ejerzan,
aunque a veces vean a su alrededor que la vida no lleva el mismo cause. La
violencia y la crueldad del mundo, muchas veces los volverá reflexivos, a nivel
de entristecerlos.
Su sentido
más agudo es el de la vista, por eso su “observación del mundo” es orgánica,
natural y la vivencian con alegría. Como las niñas y niños PRINCESA, ellos
observan “la vida de cerca”, hasta el grado de percibir el corazón del otro, a
diferencia de las niñas y niños CÓNDOR, que observan a la distancia.
SENTIDO DEL OIDO
O DEL SONIDO:
este sentido está estrechamente arraigado en el MAESTRO, más que todos los
otros.
El oído hace que podamos interiorizar el
mundo externo, así como el ojo nos muestra lo superficial de ese mundo, el oído
nos abre un camino, profundiza el mundo hacia nuestro interior. El oído nos
redime de lo instintivo, soltamos lo superficial y nos vamos a la profundidad
de las cosas, nos metemos en la materia. Lo mágico del oído es lo que borra,
nosotros no escuchamos cada nota por separado, sino que asociamos los espacios,
los silencios entre ellas, y escuchamos la melodía completa. Por eso los
sonidos tienen que ver con nuestro espíritu. El oído nos muestra de una manera
distinta, un mundo que termina y otro que comienza.

















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